sábado, 8 de noviembre de 2008

El Grupo Cáliz (ministerio de grupos pequeños) como práctica religiosa


Los Grupos Cáliz (para el ministerio de grupos pequeños), al crear un entorno abierto, seguro y propicio para escuchar y hablar de corazón a corazón, promueven y facilitan el crecimiento espiritual y el cuidado mutuo interactivo de los unos a los otros.

¿Qué es el ministerio?

Una cualidad de la relación entre los seres humanos que propicia la expresión de posibilidades antes ocultas al invitar a la gente a establecer y desarrollar relaciones más reverentes, más constantes y más profundas con el mundo y de los unos a los otros; a desplegar y dar continuidad a una ancestral herencia de esperanza y liberación que ha dignificado y dado forma a la aventura humana a lo largo de muchos siglos.

Dar testimonio de valores que mejoran la calidad de la vida, decir la verdad sobre el poder, comprometerse con la dignidad humana y la equidad, la compasión y las mejores aspiraciones.

—Revdo. Gordon McKeeman, anterior presidente de la Escuela de Ministerio Starr King

En la tradición unitaria, mientras que apreciamos y celebramos el liderazgo, compromiso y preparación encarnados por nuestros ministros profesionales, esta importante capacidad para la restauración y la esperanza, para la alegría y la justicia, no está limitada sólo a la esfera de los clérigos. Antes al contrario, se expresa mejor a través del ministerio compartido, a través del uso de los dones, tanto de los laicos, como de los ministros profesionales.



Intimidad y ultimidad

La gente viene a nuestras iglesias para sentirse elevado sobre lo ordinario, para despegarse de lo mundano y para buscar alivio del consumismo tan presente en nuestra cultura. La gente viene a una comunidad religiosa para luchar con las cuestiones últimas de la vida, en busca de un lugar para explorar el sentido de vivir y morir, así como de los espacios intermedios. La gente viene a la iglesia en busca de una manera de hacer una diferencia en el mundo, de vivir una vida que cuente. Ante la atomización y la privatización solitaria de la vida cotidiana la gente también viene a nuestras iglesias para encontrar amigos y comunidad; vienen al encuentro de un sentido de intimidad y de un espacio seguro en el que puedan ser aceptados; vienen en busca de un lugar al cual pertenecer.

El teólogo unitario James Luther Adams (1901-1994) describe esto como la búsqueda de ultimidad e intimidad. En tanto que las Celebraciones de Adoración, el trabajo en los comités de la congregación, el servicio comunitario y otros grupos y actividades de la iglesia pueden ayudarnos en esta búsqueda, un servicio organizado y coordinado de ministerio de grupos pequeños, como los Grupos Cáliz, tiene la capacidad de transformar, profundizar y fortalecer grandemente nuestras vidas y la vida de la congregación.





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