lunes, 18 de agosto de 2008

Humor: "El lugar en el que todas tus respuestas son cuestionadas"


Una mujer que visitaba una iglesia unitaria permaneció sentada a lo largo del sermón con una expresión de creciente incredulidad sobre las ideas heréticas que ahí se comentaron. Al finalizar el sermón, durante la hora del café, un integrante de la congregación le preguntó: "¿Y qué le pareció el servicio de hoy?"

A lo que la visitante repuso: "¡No pude creerme la mitad de las cosas que dijo la ministra!", farfulló indignada.

"¡Oh, vaya!", dijo el integrante. "¡Parece que usted encaja perfectamente aquí!".



sábado, 16 de agosto de 2008

China 2008 y nosotros como individuos (un comentario)





Una polaridad importante en nuestras vidas es la polaridad entre EL PROCESO y LOS RESULTADOS.

Nuestra vida como PROCESO interrelaciona nuestros diversos sistemas y nos relaciona con los muy diversos ámbitos a nuestro alrededor.

Los RESULTADOS expresan distintas combinaciones de factores individuales y ambientales. En la práctica no es raro que encontremos que un resultado es, de manera inesperada, bueno, malo, e inclusive totalmente ajeno a nuestros intereses.

Es por esto que la humanidad, en su sabiduría, ha aconsejado al individuo, desde tiempos inmemoriales a brindar su atención al aquí y ahora, a la calidad de nuestra aportación, esfuerzo, y desempeño. Por otro lado necesitamos ver con desapego e inclusive ignorar las variadas e impredecibles cosechas de resultados.

Volviendo nuestros ojos a China 2008, puede sernos muy educativo ver que porcentajes de involucramiento manifiestan los atletas en lo relativo a su proceso y sus resultados. Así podremos irnos adiestrando en disfrutar, por un lado, nuestro gozo y libertad en el arte de la entrega a nuestro proceso de vida en el aquí y ahora. Por otro lado, podremos detectar mejor nuestra avidez por la alegría que parece impartir el resultado de la victoria y nuestro pánico ante la desdicha con que parece castigarnos la derrota.

Algo que me impactó en las anteriores olimpiadas fueron los testimonios de los concursantes mexicanos en el TAE KWON DO. Cuando se les entrevistaba después de un encuentro, declaraban con gran gozo y alegría que "realmente se habían divertido." Además no escatimaban describir las admirables características desplegadas por sus adversarios. Quizás lo mas significativo es que esta actitud no dependía de haber triunfado o de haber sido derrotados.

Hector Bhaskar
SINTAMOS para distinguir nuestro camino



miércoles, 13 de agosto de 2008

De locos y mártires: Un unitario asume el desafío





Por Sara Robinson para OurFuture.org (29 de julio de 2008)

Somos un grupo extraño, los unitarios.

La sabiduría convencional establece que seríamos blandos en todas las cuestiones en las que nuestra sociedad valora la dureza. Nuestro rechazo a adherirnos a cualquier dogma significaría que seríamos blandos en nuestras convicciones. Nuestra apertura mental reflexiva es motivo de mofas según las cuales evidenciaría la suavidad de nuestra cabeza. Nuestra persistente y gentil insistencia en los valores liberales sería una evidencia de corazones demasiado blandengues como para poner límites. Y todo esto junto conduce a una imagen pública de una agrupación sensiblera de intelectuales irresponsables que de alguna manera carecería de cohesión, firmeza, foco, o propósito.



Sólo podrías creerte esto si desconociesas la historia o la realidad actual del unitarismo universalista. Los fundadores adelantados de esta fe, Miguel Servet (1511-1553) y Ferenc Dàvid (1520?-1579), fueron ejecutados por la noción radical de que la creencia en la Trinidad —que excluía a musulmanes y judíos— no debería ser un requisito para participar en la vida pública del siglo XVI. Cuatrocientos años después, en la misma parte del mundo, otros unitarios murieron en los campos de concentración por haber tenido el valor de sustentar sus convicciones humanistas. Viola Liuzzo (1925-1965), una madre de 39 años de Michigan, quien fue asesinada por el Ku Klux Klan en los días posteriores a la decisiva marcha de Selma en marzo de 1965, fue también una de nosotros.



Y hay miles de nosotros que hemos vivido para luchar día tras día —y nuestra supervivencia se ha debido, no a que seríamos débiles e indecisos, sino a que hemos perseverado en nuestras convicciones y no hemos estado dispuestos a retroceder ante la insolencia. Está esa creencia, de cuño unitario, de que la nobleza del espíritu humano es el fundamento espiritual sobre el que los fundadores de los EUA consideraron seguro sustentar las convicciones que cristalizaron en la Revolución contra la tiranía [Independencia]. Ella encendió la apasionada oratoria de Daniel Webster, la sabiduría de Ben Franklin y los escritos claramente incisivos de Tom Paine. Envió a Paul Revere al encuentro de esa fría mañana de abril y e hizo que Thomas Jefferson se diese a la tarea de escribir la Declaración de Independendencia. Por ella precipitadamente se arriesgó la vida de la iglesia, como organización —y las vidas de sus líderes, quienes conciente y deliberadamente cometieron el delito de traición— con el objeto de publicar los Papeles del Pentágono [14 mil páginas de documentos secretos que exponían los entretelones de la historia de la planeación interna y la política gubernamental hacia la guerra de Vietnam] durante la administración de Nixon.

El unitarismo y el universalismo encendieron la chispa del cambio progresista que llevó a Susan B. Anthony, Lucy Stone y Julia Ward Howe a organizar el movimiento de mujeres. Hicieron que se pronunciaran Jane Addams, Dorothea Dix, Albert Schweitzer y Clara Barton por traer salud y esperanza para los pobres. Dieron voz a los poetas, de Whitman y Plath a E.E. Cummings, a los novelistas de Dickens y Melville a Vonnegut; así como a músicos de Bartok y Grieg a Pete Seeger. Alimentaron la imaginación ilimitada de Bucky Fuller, Rod Serling y Frank Lloyd Wright. Mantuvo con vida y dedicado a trabajar por diversas causas a Christopher Reeve. Todavía lo escucho burbujear con frescura cada vez que el conductor televisivo de crianza UU, Keith Olbermann lanza uno de sus característicos comentarios bombásticos.



No son un pueblo temeroso. Ni parecen perturbados por la falta de convicción. 'Blandenguería' o 'irresponsabilidad' son prácticamente las últimas palabras para describir a alguno de ellos ('estúpido' tampoco estaría en la lista, para nada). Cuando subscribes el libro congregacional para convertirte en UU, este es el legado que asumes y que de ahí en adelante procurarás llevar a la práctica. No es la tarea de Dios hacer del mundo un mejor lugar. Es la tuya. Esta nunca ha sido una tarea para los débiles de corazón, mente o espíritu —y en esta era de conservadurismo enloquecido, lo es menos aun.

Pienso en ello mientras examino las noticias que llegan de siete personas baleadas cuando el hombre de 58 años, Jim Adkisson, jaló el gatillo de un arma que sacó de un estuche de guitarra y abrió fuego mientras los niños interpretaban un número musical esta mañana en la Iglesia UU del Valle de Tenesí (TVUUC). Dos murieron y cuatro están en condición crítica mientras escribo estas líneas.

Uno de los fallecidos, Greg McKendry, aparentemente recibió la ráfaga del arma de lleno en el tórax mientras trataba de proteger a otros miembros de la iglesia que estaban en la línea de fuego. Otros tres miembros de la congregación casi inmediatamente se lanzaron sobre el pistolero y lo tiraron, rompiéndole un brazo en el proceso. Mientras que otros miembros actuaron cuerda y tranquilamente para llevar a resguardo a los niños y llamar a la policía.

Esos son los unitarios que conozco. Listos, decididos, audaces, tranquilos en las crisis, comprometidos con la acción correcta. Podría haber sido cualquier iglesia UU del país y se habrían comportado de manera similar.

Podría haber sido cualquier iglesia UU del país —y ese es el problema.



Nadie parece saber aun lo que motivó al atacante. La información es fragmentaria y confusa en tanto que la aclare la policía y la congregación se repliega sobre sí misma para armar los pedazos esparcidos. Como siempre hemos manifestado en casos similares, la enfermedad mental será probablemente el protagonista central de la historia cuando todo se resuelva. No es requisito estar loco para disparar en una iglesia, pero la experiencia acumulada sugiere que definitivamente contribuye.

Pero para quienes han observado con preocupación las locuras de ciertos derechistas en los últimos años, está la sensación deprimente de que nuestra peor pesadilla podría estarse volviendo realidad. Los testigos dicen que el atacante gritaba "cosas de odio". El FBI está a la espera de determinar si investigará los hechos como un posible crimen de odio. No es descartable: De acuerdo a Out & About, un sitio web gay de Tenesí, sucedían bastantes cosas en la TVUUC de la clase que este derechista parecía odiar particularmente:

La policía de Knoxville no ha revelado el motivo del ataque. La iglesia atacada es sede de muchas actividades afirmativas de la diversidad sexual.

Un integrante de la congregación escribió en un blog nacional que la iglesia había puesto recientemente un anuncio en el que daba la bienvenida a la gente gay. Uno de los objetivos del plan de largo plazo de la iglesia es "Aumentar la participación congregacional en programas por los derechos humanos de las personas gay / lesbianas / bisexuales / transgéneras (GLBT)".

"Elrod", quien subió un comentario al blog, "La voz moderada" afrima que es miembro de la iglesia. Dijo no haber estado presente en los hechos, pero añadió: "todo lo que ahora sabemos es que el sospechoso no tenía ninguna vinculación con la iglesia. No tengo idea de si tenía alguna clase de agenda política o cultural (la TVUUC acababa de poner un letrero que daba la bienvenida a la gente GLBT), o si se trata sólo de un lunático que actuó sin razón alguna".

La TVUUC es sede del Spectrum Café de Knoxville, que es un lugar de reunión social del área de Knoxville para los jóvenes secundarianos y preparatorianos que "apoyen los principios de la diversidad, la tolerancia y el valor y la dignidad de todo ser humano.Los adolescentes que vienen a Spectrum respetan las ideas de los otros, las visiones sobre la religión, la raza, las orientaciones sexuales, las capacidades y las adscripciones étnicas. El grupo acoge a quienes se "autoidentifican como gay, lesbianas, bisexuales o transgéneros, o a quienes tienen dudas sobre su orientación sexual o identidad de género".

El Grupo de Hombres Gay de los Lunes en Knoxville se reúne en la TVUUC cada lunes, de 7:30 p.m. a 9 p.m.

David Massey es uno de los coordinadores del Spectrum Café, también conocido como "Spectrum Diversi-Tea and Coffee House", que esta primavera iniciará su octavo año de existencia. "Nos anunciamos como un refugio seguro para quienes se identifican como LBGTQ y sus amigos y aliados hetrosexuales, así como también para cualquier otro joven que se sienta hostigado por sus creencias religiosas, apariencia, o capacidades", dijo Massey en una entrevista con la revista UU World.



Otras fuentes destacan que la iglesia ha tenido un papel de liderazgo en las tareas de acoger y alimentar a la gente sin hogar y en el establecimiento de la sección local de la organización defensora legal de los derechos civiles ACLU.

Y en cuanto a esto, también, podría haber sido cualquier iglesia UU del país.

Luego de 25 años de retórica derechista eliminacionista con sus virtuales licencias para cazar liberales, así como de marcarnos por nuestra presunta traición y de sólo dejar a unos pocos de nosotros como muestras de exhibición museística, es natural que a algunos de nosotros nos brincara la idea de que, quizás, luego de tanta insistencia, alguien finalmente habría decidido tomar un arma y despacharse a algunos 'libruls' [forma en que quienes no conocen la grafía correcta de 'liberal', en inglés, suelen malescribir la palabra] —y decidiese (no sin razón del todo) que la iglesia UU local, podría dejar tan atestado el suelo de ellos, como de codornices en uno de los viajes privados de caza de Dick Cheney [el vicepresidente con G. W. Bush].

Cualquiera que resulte ser la razón o motivo del atacante, hay al menos dos lecciones que espero que todos aprendamos de los hechos de este día.

Una es que puedes apostar a que los integrantes de esta congregación encontrarán alguna forma novedosa de aproximarse a su restauración —y al hacerlo, nos pondrán un ejemplo al resto de nosotros que hemos de considerar cuidadosamente. Si (y cuando) la enfermedad mental resulta el factor decisivo, responderán a este hombre y a su familia con compasión y justicia, puesto que esa es la manera UU. Y si el odio resulta ser un factor de la historia, también, entonces Knoxville, Tenesí habrá de tener un diálogo sobre crímenes de odio que no dejará a nadie al margen o impeturbable. Esa es la manera UU, también.



La otra es que la valiente y ecuánime respuesta de esta congregación muestra, una vez más, que es hora de deshacernos del viejo estereotipo y de dejar de subestimar la valentía y la inteligencia de la izquierda religiosa en los EUA. Hemos tenido un tiempo extraordinariamente corto para reflexionarlo en la décadas recientes —no sólo en cuanto a la derecha religiosa, que nos considera servidores de Satán en la tierra; pero tampoco en cuanto a los otros compañeros progresistas, que incluso llegan a considerar que 'religioso' sería un sinónimo de loco, peligroso, irracional y definitivamente no uno de los haberes del movimiento.

Los progresistas seculares no parecen haber entendido que en tanto que la política tiene todo que ver con hacer del mundo un lugar mejor, la religión progresista nos dice por qué es necesario trabajar por ese cambio y cuán 'mejor' ha de verse ese mundo cuando lleguemos a allí. Las tradiciones liberales de fe nos ofrecen las metáforas esenciales y la visión del mundo de la que todo se deriva —los marcos que dan forma y sentido a nuestros sueños. Tienen un papel invaluable que desempeñar para ayudar a nuestro movimiento a determinar sus valores y prioridades, a entender dónde estamos en el gran esquema de las cosas y a evaluar si vamos teniendo éxito, o no.

El movimiento conservador supo desde el principio que no alcanzaría el éxito a menos que pudiese ofrecer a la gente esta clase de narrativa profunda. Ofrecer esto fue precisamente uno de los mayores recursos que la derecha religiosa aportó a su movimiento. Los progresistas no podrán derrotar esto mientras que no ofrezcan una narrativa sobre cómo podrían y deberían ser los EUA —y nuestras iglesias liberales cuentan desde hace muchos años con la más intensa y extendida experiencia en el desarrollo y comunicación de estas historias y en construir consensos— y en ocasiones como la actual, literalmente a prueba de balas —las comunidades alrededor de ellas.



Y ahí está esta larga y dura historia de la que podemos abrevar. Los unitarios universalistas, junto con los congregacionalistas y los cuáqueros, han sido parte del latir del corazón del liberalismo de los EUA, incluso desde antes de que se fundara el país como tal. Hemos resistido firmemente al ignorante y al arrogante, al aterrorizado y al irracional, a las policías, las cortes y al congreso en tantas ocasiones que ya no es en absoluto noticia. La desobediencia civil está incrustada en nuestros huesos (sí —lo asumo con suspiro agradecido—, Thoreau fue uno de los nuestros, también) y hemos llegado a considerarla como uno de nuestros supremos sacramentos. En la actualidad no es sólo en nuestra defensa de los derechos GLBT y en nuestra furiosa indignación contra la tortura, sino también en nuestro papel de liderazgo en el Nuevo Movimiento Santuario, que defiende a los inmigrantes de las redadas de la migra.

Si la derecha conviertiese alguna vez su cruzada antiliberal en una guerra a tiros, sería fácil predecir que las iglesias unitarias universalistas estarían entre sus primeros blancos. Lo que sería menos predecible —a menos que conocieras suficientemente a la gente, su teología y su historia, o tomaras cuidadosa nota de todo lo que sucedió ese domingo en Tenesí— es cuán soprendentemente fiera y temeraria es probable que sea esa respuesta.

El duelo y el orgullo saben extraño juntos, pero estoy llena de ambos por la gente de la Iglesia UU del Valle de Tenesí (TVUUC). Después de todo, podría tratarse de cualquier iglesia UU en cualquier parte. Esa es la mala noticia. Y también la buena noticia.





sábado, 2 de agosto de 2008

¿Por qué unirse a una congregación?



Uno de los retos constantes que enfrentan los unitarios universalistas es que muy poca gente sabe quienes somos. Y desdichadamente, pese a que nadie ha oído del unitarismo universalista, casi todo el mundo ha oído de la religión. Cuando nos presentamos como gente religiosa, la gente para oreja. 'Religioso' significa algo. Por desgracia, usualmente no significa lo que queremos que diga.

La mayoría de la gente a la que quisiera invitar a una congregación de reciente formación tiene una visión que va de moderada a negativa sobre la religión. Cuando los invito a mi iglesia me encuentro teniendo que pintar mi raya con la derecha religiosa, tengo que asegurarles que no voy a intentar convertirlos en nada, que no voy a hacerlos dejar la bebida que llevan en la mano, que todavía pueden blasfemar frente a mí y, básicamente, tengo que disculpar a la religión en general.

Es una cosa muy incómoda ser una persona liberal religiosa. De hecho, incluso es difícil para muchos de nosotros pensarnos como personas religiosas. Dados nuestros propios sentimientos ambivalentes hacia la religión lo que me pregunto es más bien ¿por qué nosotros los UU nos unimos a congregaciones, mientras tantos de nuestros amigos liberales, políticos y espirituales, no lo hacen? ¿Por qué sentimos la necesidad de organizar una congregación aparte de todas las otras cosas en las que estamos involucrados? ¿Por qué nuestros amigos marchan por los derechos de los trabajadores, meditan diariamente, y salen temprano del trabajo para llegar a su clase de yoga una vez a la semana, pero ni muertos entrarían a una iglesia? Ya sea que nos consideremos a nosotros mismos religiosos, o que encontremos alguna otra palabra menos cargada, deberíamos ser concientes de que nuestros amigos y vecinos nos ven organizar una congregación y nos llaman religiosos. Y se preguntan por qué lo somos.



Hace once años, en enero de 1990, por primera vez entré a una iglesia unitaria universalista. Los quince años anteriores no había pisado una iglesia de ninguna clase, con alguna expectativa espiritual real, desde que dejé la Iglesia Metodista en la que me crié. En el periodo en el que estuve sin iglesia me consideraba una persona espiritual. Leía a Alan Watts y a Krishnamurti. Hablaba con amigos sobre ideas espirituales. Los domingos por la noche escuchaba el programa radial "Religion on the Line" con Dennis Prager. La espiritualidad era importante en mi vida y no sentía la necesidad de unirme a una congregación.

Este es el lugar en el que están mis amigos justo ahora. Tal vez conoces gente así. "¿Para qué tomarse la molestia?", te preguntan. "¿Qué me dará tu congregación que no obtenga yo en mi clase de yoga, de tai chi, y con la lectura de 'El código Da Vinci' y 'Conversaciones con Dios' u otros libros de la lista de superventas espirituales?", "¿Qué me dará tu congregación que no pueda obtener con mi altar doméstico y mi meditación matutina?" Mis amigos me dicen, "obtengo mi espiritualidad de ir al gimnasio, o a un concierto sinfónico, o de un paseo en el bosque, o un campamento en el desierto".



La razón por la que mis amigos no se unan a una congregación no es debido a no estén interesados en la espiritualidad, la religión y las cuestiones éticas y metafísicas, así como en el trabajo de justicia social, en las colectas y fiestas, y en todas las otras cosas que obtenemos en las congregaciones. La razón de que la gente no se una a una congregación es debido a que obtienen todas estas cosas en otras partes de sus vidas. Una congregación sería una obligación adicional que añadir a una lista de obligaciones ya demasiado extensa. Pertenecer a una congregación requiere compromiso y sacrificio, y no ven que les ofrezca algún beneficio adicional. Para la persona con predisposición espiritual y sin iglesia, como lo fui por quince años, una congregación es pura lucha y nada de poder.

El mayor obstáculo al crecimiento congregacional unitario universalista no es que la gente con inquietudes espirituales no nos haya encontrado, es más bien que no nos está buscando. La gente que va tras respuestas espirituales busca en las librerías, en los talleres de yoga y las clases de meditación, no en nuestras congregaciones. Sí, se encontrarían como en su casa aquí. Sí, una congregación unitaria universalista es exactamente la clase de lugar que la gente con inquietudes espirituales disfrutaría y del que podría beneficiarse. Sí, necesitan saber que estamos aquí pero, primero que todo, necesitan sentir la necesidad de estar aquí. Necesitamos decirles que existen beneficios de unirse a una congregación que simplemente no están disponibles por fuera de una congregación.

Puedo identificar seis ventajas específicas que solo una congregación puede ofrecer. Y entre más contemplo mi lista, más me doy cuenta de que todas se resumen en un beneficio general. Te daré primero las seis ventajas y luego el beneficio general.



¿Por qué unirse a una congregación? Porque una congregación reúne individuos religiosos en una comunidad religiosa. En una comunidad encontramos fortaleza en la cantidad. Encontramos manos extra y talentos variados para ayudar en la misión de la congregación. Para las causas que apoyaríamos en lo individual, en una congregación descubrimos los recursos profundos de la gente simpatizante, sus habilidades, y su tiempo, ideas y dinero.

En los días en los que nos sentimos como que no podemos tenernos en pie, y mucho menos sostener el trabajo de la comunidad, una congregación significa que habrá otros que nos apoyen y lleven adelante el trabajo de la congregación. "La vida tiene sus batallas, penas y remordimientos; pero en las sombras, no olvidemos: nosotros, quienes nos reunimos ahora, conocemos mutuamente los padecimientos de los otros, la amabilidad puede curarnos: conforme damos, ganamos". En una congregación reconocemos la necesidad básica de toda la gente de vivir con otros. En comunidad nos energizamos y obtenemos valor. La comunidad nos hace responsables de otros, y por ello también nos hace responsables de nosotros mismos. Las congregaciones nos apoyan para enfocarnos en la esencia del espíritu. Las congregaciones nos recuerdan por el ejemplo uno los objetivos de la religión: la esperanza de que toda la humanidad pueda vivir en paz y justicia como podemos hacerlo nosotros aquí.

"La comunidad vigorizante nos nutre", es una respuesta a la pregunta, "¿Por qué unirse a una congregación?"

¿Por qué unirse a una congregación? Porque una congregación nos implica en las vidas de personas diversas. "Nosotros, de todas las edades, mujeres, niños, hombres, inocentes y sabios que compartimos lo que podemos". La iglesia es casi única en su habilidad para reunir gente de todas las edades, situaciones familiares, y circunstancias étnicas. Los principios y propósitos unitarios universalistas reconocen específicamente la valía y la dignidad inherentes a cada persona. Nuestras congregaciones acogen, deliberada y calurosamente, a gente de diferentes orientaciones e identidades sexuales y de muy diversos caminos espirituales. La diversidad en nuestras congregaciones es un recurso increíble.

La mayoría de las otras actividades en nuestras vidas las pasamos alrededor de gente muy similar a nosotros. Tendemos naturalmente a juntarnos por edad, situación matrimonial, por si tenemos hijos o no, por raza, por educación, por posiciones políticas. Una congregación diversa permite que nuestro conocimiento de lo que significa ser humanos se expanda más allá de nuestra experiencia individual y de las personas como nosotros, para incluir más y más de la verdadera profundidad de la experiencia humana. Una de las metas de la religión es entender, tan completamente como sea posible, la realidad de la existencia humana. Rodearnos con los más variados ejemplos de existencia humana parece un primer paso absolutamente vital.



"La diversidad amplia", es una respuesta a la pregunta, "¿Por qué unirse a una congregación?"

¿Por qué unirse a una congregación? Porque una congregación ofrece una conexión regular con lo trascendente. La congregación, como una organización más allá de nosotros mismos, nos ofrece un espacio en el que nos damos permiso de dejar de lado nuestras preocupaciones y responsabilidades privadas, y de abrirnos hacia lo maravilloso. Ya sea que busquemos un dios fuera de nosotros mismos, o dentro, o maravillarnos ante las capacidades y posibilidades de las mentes y corazones humanos: la congregación nos invita a conectarnos con ese poder, a nombrarlo, a regocijarnos en él, a vivirlo al menos por la duración de la reunión congregacional.

Desde luego, ese sentimiento de trascendencia está disponible para nosotros, ya sea dentro de una congregación, o por fuera. Pero es difícil disponer del tiempo y el espacio para este sentimiento en el resto de nuestras vidas. No llega fácilmente. Sin el espacio y tiempo sagrado de una congregación ese sentimiento puede quedar rápidamente sepultado debajo de las otras necesidades de la vida. La reunión congregacional es un momento que hemos apartado para nutrir y apoyar nuestra conexión con lo trascendente. En sus rituales y su regularidad nuestra congregación puede proporcionar la disciplina y la práctica que necesitamos para acceder regularmente a lo trascendente en nuestras vidas.

"El contacto regular con lo trascendente", es una respuesta a la pregunta, "¿Por qué unirse a una congregación?"

¿Por qué unirse a una congregación? Porque una congregación nos vincula a una tradición de gente con ideas similares, que siguió antes que nosotros nuestro camino espiritual. Nuestra tradición unitaria universalista nos garantiza que no tenemos que hacer solos este camino. Cada uno de nosotros no posee todas las respuestas. Nuestras jornadas espirituales privadas pueden avanzar muchísimo gracias a que nuestros antepasados nos han llevado tan adelante en este camino. Un individuo puede aprender sobre el unitarismo universalista sin unirse a una congregación, pero dado que nuestra tradición es congregacional, no puedes unirte a la tradición sin ser parte de una congregación.

El valor que damos a nuestra tradición honra a aquellos que estuvieron antes de nosotros. Unirse a una congregación muestra nuestra gratitud hacia los hombres y mujeres sin los cuales no existiríamos. En la tradición, nuestros ancestros son recordados y se les concede inmortalidad. Crear congregaciones que honren a nuestros antepasados también nos asegura que congregaciones futuras honrarán similarmente nuestras contribuciones. La tradición reconoce nuestra humanidad ante el hecho de que nuestros logros actuales siempre descansan sobre los logros pasados de otros, y que nuestra existencia espiritual, así como nuestra existencia física, depende del hecho de que otros seres humanos nos precedieron.

"La tradición de apoyo", es una respuesta a la pregunta, "¿Por qué unirse a una congregación?"

¿Por qué unirse a una congregación? Porque una congregación es un reto al crecimiento espiritual constante. El crecimiento espiritual es un trabajo duro. Es fácil caer en la complacencia. Con demasiada frecuencia llegamos a una concepción religiosa cómoda y nos estancamos en ella, sin la automotivación para seguir adelante. Una congregación puede ser un laboratorio lleno de nuevas ideas y de una sensación de emoción en la búsqueda continua. Las lecciones de la congregación, ya sea a través de los sermones, los rituales, los programas de educación religiosa, o en las conversaciones durante el momento del café o la comida compartida, pueden conducirnos a lugares que nunca pensamos que exploraríamos por nosotros mismos. Cuando venimos con preguntas, la congregación provee de respuestas. Y lo que es tal vez más importante, cuando venimos con respuestas, la congregación nos provee de preguntas.

"Un reto para el crecimiento espiritual continuo", es otra respuesta a la pregunta, "¿Por qué unirse a una congregación?"

¿Por qué unirse a una congregación? Porque las congregaciones nos ofrecen una base profunda para el trabajo de justicia social. El trabajo de justicia social es fácil de hacer por fuera de una congregación. Hay cientos de movimientos políticos y causas allá afuera, listos para que nos unamos a ellos, a quienes que no se les ocurriría siquiera mezclar la religión con el buen trabajo que realizan. Pero la religión puede ofrecer a estos grupos lo que ellos frecuentemente no ofrecen, es decir, los principios profundos justificadores por los que la gente se involucra en este trabajo y permanece comprometida.

La respuesta a la pregunta, "¿Por qué hacer el bien en el mundo?" es una respuesta religiosa. Sea la que sea la razón personal que tengamos para nuestro firme compromiso con el objetivo de la justicia, la libertad y la paz para todos y todas, la razón que nos damos a nosotros mismos es nuestra religión. Para muchos de nosotros la razón por la que procuramos hacer el bien se desprende de una convicción poderosa sentida, aunque no fácilmente expresada. Pero sin una filosofía explícita articulada que justifique nuestro sentimiento de desear hacer el bien, nuestro sentimiento puede tornarse confuso, o perderse en favor de una convicción más fácilmente adoptable.

Una congregación puede ayudarnos a encontrar las palabras que nombran y explican nuestros sentimientos interiores profundos. Aquí podemos añadir la razón y la teología a una inclinación ya sentida hacia el trabajo por la justicia. Podemos luchar aquí juntos con ideas sobre Dios, o sobre la esencia de la humanidad, o la naturaleza de la realidad, para luego transformar estas ideas en las fuentes de las que bebemos cuando enfrentamos las dificultades de la vida, ya sea para ayudar a otros, o para ayudarnos a nosotros mismos. El lenguaje que hablamos aquí puede ayudar a sintetizar nuestros sentimientos alrededor de la necesidad de justicia, dentro de principios amplios que animan nuestro trabajo a través de nuestras vidas.

"Una justificación para el trabajo de justicia social", es una respuesta a la pregunta, "¿Por qué unirse a una congregación?"

Estas seis razones para unirse a una congregación se reducen a una razón general. La comunidad vigorizadora que nos nutre, la diversidad amplia, la tradición de apoyo, la conexión con lo trascendente, el reto para el crecimiento espiritual continuado, y la justificación para el trabajo de justicia social, todos surgen del único beneficio abarcador de una congregación. Recuerda este beneficio y comunícalo a tus amigos y vecinos. Este es el beneficio de una congregación que no puedes obtener con tu meditación solitaria frente a tu altar casero.

En la congregación te expones a personas que no son tú. Te ves cuestionado por ideas que no podrías generar por ti mismo. Te ves desafiado por ideas que no aparecen en los libros que escogerías por ti mismo en la librería. Te ves forzado a alternar con personas que no son de tu edad, o sexo, o raza, o situación familiar. Gente que no son tú te hace preguntas duras sobre tus creencias y te fuerza a mirar más profundamente en tus creencias para explicarlas. Llegas a una congregación con una historia y una tradición más antiguas que tú que te ofrece, tanto un fundamento, como te da la ventaja de poder construir sobre las mejores ideas y nociones acertadas de las generaciones previas. Encuentras camaradas fuera de ti mismo que comparen tu compromiso con las causas de justicia social que te inspiran. Tienes un espacio sagrado en el que gente que no son tú escuchará con oídos de simpatía tus historias de éxitos y derrotas, gozos y penas, tu indecoroso orgullo, y tus embarazosas decepciones. Tienes en la congregación, a través del mismo acto de adhesión y membresía, una razón fuera de ti mismo para seguir avanzando en tu vida espiritual, para volverte a aparecer, semana tras semana, para no abandonarte a la mediocre complacencia, o a la arrogancia de pensar que ya lo sabes todo. Esta congregación, porque no eres solo tú, te mantiene honesto, te mantiene enfocado, te mantiene trabajando, te mantiene desafiado y consolado; cuestiona nuestras revelaciones privadas, y comparte sus revelaciones con nosotros cuando nuestro espíritu está apático.

O al menos una congregación puede proveer estas cosas. Así como Ralph Waldo Emerson (1803-1882) que se quejó de la Iglesia Unitaria institucional de su propio tiempo y mostró así que estos beneficios de una congregación no llegan automáticamente. Si no encontramos una comunidad vigorizante que nos nutra o una amplia diversidad, debemos preguntarnos a nosotros mismos ¿qué debemos hacer para hacer a esta congregación más vigorizante y más diversa? Si no experimentamos un contacto regular con lo trascendente, entonces ¿qué clase de veneración podemos crear para hacer que esto suceda? ¿Qué programas podemos ofrecer que nos ayudarán a aprender más de nuestra tradición y a respetar más profundamente las aportaciones de nuestros antepasados religiosos? ¿Qué podemos hacer para transformar nuestra congregación en un laboratorio más efectivo para el crecimiento espiritual continuo? ¿Cuáles son los principios amplios que esta congregación puede afirmar que sostendrán y ampliarán nuestro trabajo de justicia social?

Estas ideas sobre la importancia de unirse a una congregación pueden ayudarnos a imaginar la congregación que queremos ser, a sostener nuestro propio involucramiento en la congregación que se forma, y a ofrecer motivaciones para alentar a nuestros amigos y vecinos a unirse a nosotros.



Conforme transcurran nuestras vidas estas son las preguntas que me gustaría que llevaras contigo:

¿Cuál es la ventaja de unirme a esta congregación que no puedo obtener en ninguna otra parte de mi vida?

¿Qué podemos hacer ahora conforme organizamos esta congregación para asegurarnos que las ventajas queden incluidas en los fundamentos estructurales de nuestra congregación?

¿Y qué ventaja valiosa de esta congregación puedo comunicar a mis amigos y vecinos para animarlos a unirse?

He aquí las tres preguntas puestas de otra manera:

¿Qué busco al unirme a esta congregación?

¿Cómo puedo ayudar a esta congregación a darme lo que busco?

¿Qué creo que mis amigos y vecinos buscan y que esta congregación puede ofrecerles?