martes, 28 de octubre de 2008

Revdo. Marlin Lavanhar: "Una Nueva Dimensión" (Pentecostales se unen a los unitarios)


Sermón dado por el Reverendo Marlin Lavanhar, ministro principal de la Iglesia Unitaria de Todas las Almas, Tulsa, Oklahoma, Domingo 1° de junio de 2008 (Traducción Francisco Javier Lagunes Gaitán)



No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa,
pues de esa manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles.

~Hebreos 13,2

¿Qué decir a una iglesia llena de unitarios justo antes de que acojan a un dirigente universalista pentecostal y a su congregación, en el seno de su iglesia? No hay un guión previamente elaborado –nunca había sucedido antes. ¿Qué decir a una congregación que ha sido predominantemente blanca, justo antes de que acoja a una congregación predominantemente afroamericana? Lo que yo diría es '¡Yupii!' 'Yupii' es la forma secular de la palabra 'Aleluya', por supuesto, que significa: '¡Gracias a Dios!' [o más literalmente, '¡Alabado sea el Señor!'].

La oportunidad de ofrecer hospitalidad es una bendición y un regalo. Y en este caso, es verdaderamente histórica. Nada semejante a esto ha sucedido antes. Y llega en un momento en el que parece que nuestra nación entera ingresa en una nueva era. Los punteros que encabezan la carrera por la candidatura presidencial en uno de los principales partidos políticos son una mujer y un hombre de ascendencia afroamericana. Ambos han recibido millones y millones de votos a lo largo y ancho del país. Quien presida en el periodo próximo los EUA bien podría ser un negro. Nada como esto había sucedido antes. Y mucha gente habría dicho que no era posible, al menos no todavía por mucho tiempo. Pero sea cual sea el resultado de la elección, los EUA han entrado a una nueva era. Estamos en el principio de la siguiente etapa del desenvolvimiento de la libertad en la historia humana. Es una era en la que muchas de las viejas divisiones comienzan a caerse –una era en que la gente comienza a trascender viejas barreras.

Una de las preguntas que surgen en nuestro tiempo es si la religión seguirá siendo una fuente de conflicto, guerra y división. ¿O acaso ha de convertirse en un agente de paz, esperanza y comunidad entre la gran familia humana? No tengo duda de que, si concreta lo mejor de su potencial, la religión está destinada a reunificar la humanidad a través de todas nuestras diferencias.

En términos religiosos, la esperanza de Dios por su hija la humanidad es que lleguemos a conocernos y estimarnos mutuamente. Y desde ese punto de vista, este trascender las fronteras del que somos testigos por todo a nuestro alrededor es algo de proporciones divinas.

Y en el medio de todo esto, una iglesia que ha llevado el nombre de Todas las Almas [nombre que proviene de la frase del fundador del unitarismo organizado en EUA, William Ellery Channing (1780-1842): "Soy un miembro de la gran familia de todas las almas"] por casi nueve décadas en Tulsa, Oklahoma, abre sus puertas y sus corazones a un predicador pentecostal afrodescendiente que ha pasado 25 años ocupado en sacar a los demonios de este lugar. Algo nuevo trata de brotar en la conciencia humana, aquí mismo en los EUA y justo aquí en Tulsa, Oklahoma. Este es un nuevo día. Cuando los unitarios y los pentecostales, jóvenes y viejos, blancos y negros, gays y heterosexuales, demócratas y republicanos pueden todos encontrarse compartiendo una iglesia y atendiéndose a ellos y sus hijos, los unos a los otros –eso es lo que significa la comunidad bienamada. Esto es crear el Reinado de Dios sobre la tierra, como en el cielo. Este es el verdadero sentido de la hermandad y sororidad de toda la humanidad.


Estos son momentos históricos, amigos. Y en vez de quedarnos marginados desde la barrera, mirando como otras personas realizan el trabajo duro y de cambio cultural para trascender las fronteras establecidas, nos despojamos de nuestras envolturas y nos ubicamos en las primeras líneas para hacer algo que nunca se ha hecho antes. No hay ningún otro lugar en el que prefiriese estar ahora. No hay otra gente con la que querría hacer esto. Y no hay mejor forma de utilizar nuestro tiempo sobre la tierra.

Lo he dicho antes, nuestros ancestros, padres y madres, de una nueva y diferente clase de nación. Una nación surgida de todos los pueblos de la tierra. Una nación surgida de todas las naciones. Un país en el que las diferencias puedan ser celebradas y no sólo toleradas. Un país no vinculado sólo por sangre y suelo, sino por una creencia en la hermandad y sororidad de todos. En ese sentido tendríamos un país con el corazón de una religión.

Pero demasiadas religiones tienen el corazón de naciones en guerra. Demasiadas religiones actúan como si necesitaran defenderse contra fuerzas hostiles. Demasiadas religiones se consideran fortalezas asediadas y son xenofóbicas, viven en una mentalidad de guerra fría. Ahora, el Muro de Berlín de las creencias atrasadas comienza a crujir. Y así como se derrumban las paredes que nos dividen, el reinado del cielo sobre la tierra ha de construirse de sus escombros.

Así que he aquí lo que le diría a una iglesia unitaria y a la iglesia que ingresa desde la UCC (Iglesia Unida de Cristo), con una teología universalista y un pastor pentecostal. Los rabinos nos cuentan que Abrahán mantuvo abierta su tienda a los cuatro vientos, para que sin importar de qué dirección proviniese una persona, siempre sentiría que entraba por la puerta del frente. Quiero que los integrantes de la Iglesia New Dimensions sepan que sin importar de dónde provengan teológica, geográfica, cultural, económica, espiritual y físicamente son bienvenidos en la Iglesia de Todas las Almas.

En último término, no es mi iglesia. Y no es la iglesia de sus integrantes; no es la iglesia de Tulsa. Es la iglesia de Dios. ¡Y todos son bienvenidos en la iglesia de Dios! Todas las Almas es una catedral construida para Dios y para el espíritu humano, así que todos son bienvenidos. Es el cumplimiento de la profecía proclamada en las palabras de Isaías (56,7): "porque mi casa será declarada casa de oración para todos los pueblos". Aquí en Todas las Almas tenemos una gran variedad de creyentes y escépticos, pero cada semana confirmamos nuestro acuerdo en tres cosas:

Vivir juntos en paz,

Buscar la verdad con amor,

Y ayudarnos mutuamente.

Cualquiera que pueda llevar a la práctica este pacto es bienvenido en nuestra familia de fe y promesa. Decimos cada semana que "El Amor es el Espíritu de esta Iglesia. Y el Servicio su Ley." Mostremos a los integrantes de la Iglesia New Dimensions el increíble Amor que es el Espíritu de nuestra Iglesia. Y recordemos la ley del servicio, que no es tanto una obligación, sino más bien un privilegio.

En los días de Abrahán y de Jesús, la costumbre era que los anfitriones hospitalarios lavaran los pies de sus huéspedes. Carlton [Pearson] dijo que se conformaría con que le limpiase los zapatos. Tiene un gran sentido del humor y sé que reiremos mucho juntos. Que se llenen estas benditas salas con los sonidos de nuestras risas, así como de nuestras lágrimas al habitarlas juntos y consolarnos mutuamente a través de los amaneceres y atardeceres de nuestras vidas.



Por supuesto, es gracioso que Carlton haga bromas sobre mí ocupado de la limpieza de su calzado, pero no sería tan gracioso si yo bromeara sobre él ocupándose de limpiar el mío. ¿Por qué es así? Probablemente todos sabemos por qué es así. Tiene que ver con la historia de nuestro país. Tiene que ver con las maneras en que nos hemos quedado cortos en cuanto a la visión de ser una nación fundada sobre la hermandad y la sororidad de todo el género humano. Y aquí yacen la promesa y el desafío de este momento. Si es que hemos de utilizar nuestro tiempo juntos y si realmente llegaremos a conocernos, ciertamente algunas veces habremos de ofendernos mutuamente –no a propósito, nunca deliberadamente–, pero sucederá. Y el miedo de ofender a alguien, o de ser ofendidos, es una de las cosas que ha evitado que la gente de buen corazón y diferentes caminos de vida se aproximen los unos a los otros.

Al principio me referí a Barack Obama como 'negro'. Luego del servicio, alguien se acercará a mí y me dirá que debí haberlo llamado persona afroamericana, o persona de color. Otros vendrán a decirme que debí haberlo llamado multirracial. Y algunas de estas personas lo dirán con amor en sus corazones, mientras que otros podrían hacerlo como dándose ínfulas de ser los más virtuosos y correctos, lo que sería francamente repulsivo de su forma de decirlo. No contamos con un glosario o diccionario autorizado para normar el trabajo de entendimiento intercultural. La 'Señorita Modales' ['Miss Manners', seudónimo de la columnista especializada en protocolo y etiqueta social, Judith Martin] todavía no ha publicado un libro sobre cómo mostrar urbanidad y cortesía durante el derrumbe de los muros de Berlín que nos separan. Así que una persona como yo podría terminar abrumada de perplejidad a propósito de qué decir a un blanco, caucásico, o europeo americano cuando se refiera a mí mismo. Lo que inevitablemente sucede es que la gente pierde el temor de ofender, o ser ofendida, que los paralizaba al dar los primeros pasos.

Así que esto es lo que les pido. Simplemente crucen la sala. En cada situación en que haya una sensación de desconcierto o incomodidad, se requiere de una persona valiente que cruce la sala, extienda su mano y diga 'hola'. En lo referente a romper las barreras culturales, puede percibirse cómo un grupo por lo demás maduro de adultos exitosos repentinamente se ve como teletransportado hacia atrás en el tiempo al baile de graduación de la secundaria ¿recuerdan cómo estaban los chicos de desconcertados e incómodos de un lado y las chicas igual del otro? Recuerdo que en la secundaria me aterrorizaba cruzar al otro lado e invitar a una chica a bailar.

Pero quiero que ustedes sean los que crucen al otro lado de la sala y digan 'hola'. No sólo una vez, sino cada semana. En cada oportunidad que tengan. Y quiero que ustedes (y conste que digo esto a ambas iglesias hoy) se preparen para inadvertidamente ofender, o ser ofendidos, a veces. Y se vale. Necesitamos acordar que se vale –en tanto que no sea a propósito. Pues esa es la clase de amor radical y entendimiento que se requiere para preparar una nueva creación sobre esta tierra. La clave para el éxito es decir la verdad con amor a la persona ante nosotros. Pues el amor nos guiará.

De verdad quiero desafiarlos ahora, esta mañana. Hasta ahora, Solamente los he estado preparando. Vengo de la escuela de Annie Dillard, quien dijo que deberíamos ofrecer cascos contra impactos junto con los órdenes de servicio a la gente al entrar a la iglesia, puesto que la buena adoración es peligrosa. Es peligrosa para nuestros egos e identidades. La labor de la iglesia no es para el tímido.



He aquí nuestro desafío. Algunas de las cosas que atraen a mucha gente a nuestra iglesia son que no hacemos proselitismo, que no recitamos un credo, que no le decimos a la gente que debe creer ciertas cosas y que creemos que la razón es una guía importante en cuestiones de fe. Debido a estas características, muchos de nosotros amamos a Todas las Almas, en parte debido a que es diferente de las iglesias en que muchos hemos crecido. Pero el reto para nosotros es no basar la totalidad de nuestra vida religiosa en una reacción contra otras prácticas.

Este es mi argumento y mi punto central. Cuando muchos de nosotros pensamos en una iglesia en la que la gente grita "¡Aleluya!", levanta sus manos en el aire y se para cuando se sienten movidos por el espíritu del momento, es fácil asociar aquellas cosas con las viejas maneras de ser religiosos. Sería engañosamente fácil pensar que aplicar la razón a la religión requeriría de excluir el espíritu y la emoción en la religión –como si se excluyeran mutuamente. Para empezar, levanten sus manos quienes consideren que la razón es importante en religión... bien, gracias. ¡Sólo quería ver si podía hacer que un grupo de unitarios levantara las manos durante la adoración! ¿Acaso no se sintieron bien? ¡Aleluya, hay esperanza!

No, ya en serio, no pretendo que ninguno de ustedes (ni nadie) levante sus manos o grite 'aleluya' durante la adoración. Si tal fuese mi intención, pienso que muchos de ustedes se levantarían para no regresar y no los culparía. Pero ese no era mi punto, ni mi desafío. Veo por allí algunos rostros aliviados. Algunos habrán probablemente pensado, "Uh oh, Marlin nos va a pentecostalizar". Pero no, pueden estar tranquilos respecto a eso. Podría tener en mí una parte pentecostal reprimida, pero todavía no se ha evidenciado. No, mi punto no es que ustedes digan aleluya. Es comprobar si tienen espacio en su corazón y en su iglesia para quienes sí lo hacen.

En ese sentido, quiero compartirles una historia de Anne Lamott, de su libro Traveling Mercies. Antes de que Anne Lamott fuese una escritora famosa, vivió en los márgenes mucho tiempo, por ejemplo, vivió en el umbral de la pobreza. Luego de embarazarse y darse cuenta de que sería una madre soltera, comenzó a asistir a la iglesia y cambió su vida. En el libro describe su iglesia y a algunos de sus integrantes. Incluso aunque Anne es blanca, la iglesia a la que se unió era predominantemente afroamericana.

Escribe que cuando nació su hijo Sam, algunas señoras ancianas de la iglesia pasaban a su lado en las bancas y secretamente le dejaban billetes de 10 o 20 dólares en los bolsillos sin que se diera cuenta. Era su forma de ayudarla, incluso cuando muchas de estas mujeres se mantenían de magros cheques de la seguridad social y apenas podían tener lo indispensable.



Cuanta de una mujer llamada Mary Williams. Estaba a la mitad de sus 80, "… tan bella con sus sombreros domingueros y sus aleluyas…" siempre le llevaba a Anne bolsitas de plástico con monedas de 10 centavos de dólar, cerradas con alambritos torcidos. Anne la describe así:

Mary Williams siempre se sienta junto a la puerta de la iglesia. Es una de esas mujeres inusualmente bellas –bella como un arroyo. Tiene la piel obscura, una gran nariz ancha, dulces labios llenos y lo que el teólogo Howard Thurman llama unos 'ojos silenciosos'. Crió a cinco hijos como madre soltera, pero uno de sus hijos se ahogó cuando era joven Y ella tiene la suavidad, generosidad y rudeza de alguien que ha sufrido una gran pérdida. Durante el servicio alaba a Dios con un parloteo constante, un arroyo obscuro resplandeciente. 'Oh sí... uh-huh... Mi dulce Señor. ¡Gracias, gracias!'

Anne prosigue:

Contemplaba a Mary Williams orar a veces. Apretaba con fuerza las manos y cerraba sus ojos de manera que parecía como ciega. Pues ella estaba tan poco conciente de sí misma, que una podía ver que estaba en una pose profundamente interior. Se llega a ver ese descanso interior. Se veía como si ella sola sostuviera reunida a toda la tierra, o como si pidera el mayor deseo del mundo. 'Oh sí, Señor. Uh-huh'.

Ahora deberíamos preguntarnos, ¿acaso Mary Williams se sentiría a gusto en Todas las Almas? Puesto que si esta es realmente una iglesia que acoge a todas las almas, si es una iglesia dedicada a la tolerancia y es una iglesia abierta a la diversidad teológica y cultural, si el Amor es realmente el espíritu de esta iglesia, entonces Mary Williams no sólamente será acogida aquí, sino apreciada y bienamada.

Si estés en un momento de tu propio crecimiento espiritual y personal en el que juzgarías negativamente a una persona como Mary Williams, también eres apreciado y bienamado. Pero es aquí que lo difícil está al alcance de la mano. También necesitarías considerar por qué es que juzgarías negativamente a una mujer así. Y entonces ojalá te des cuenta de que el problema no es en absoluto Mary Williams.

Ahora que, si le estuviese hablando a Mary Williams, podría contarle la historia de una pareja gay o lesbiana en la iglesia y luego la desafiaría para saber si los juzgaría negativamente. Y comenzaría por decirle a Mary que incluso aunque el juicio negativo sea lo primero que venga a su mente, ella sería aún apreciada y bienamada. Y la exhortaría a revisar su juicio y a que ojalá que se dé cuenta de que el problema no tendría nada que ver con esa pareja.

Este es el poder transformador del Amor. Esta es la clase de coraje intrépido que requiere participar en el advenimianto de una nueva creación en la historia humana.

Requirió de un gran coraje de parte de los revolucionarios del siglo XVII y los Padres Fundadores de los EUA enfrentar a un rey poderoso y a sus ejércitos para crear algo nuevo sobre la tierra. Requirió de una labor inmensamente dura y de riesgos personales significativos tirar el Muro de Berlín. Ha requerido de un esfuerzo increíble terminar con el apartheid en este país, en Sudáfrica y en otras partes [en México el prócer independentista, Miguel Hidalgo, decretó la abolición de la esclavitud]. Y requerirá de estas mismas cualidades terminar con el apartheid espiritual y cultural en nuestro mundo actual.

La buena noticia es que cada uno de estos pasos increíbles hacia adelante en la historia de la humanidad fueron realizados por gente común y ordinaria –tal como ustedes y como yo. Gente que tuvo fe en el desenvolvimiento de la libertad y una visión de la comunidad bienamada. Una comunidad en la que toda la gente se sintiera acogida. En la que los niños blancos y negros, así como los niños de todos los tonos de piel y bandos sepan que son bienamados, apreciados tal como son. Esto es lo que significa crear el Reinado sobre la tierra como en el cielo.

Tenemos ante nosotros la oportunidad de nuestras vidas. Espero que se unan a nosotros en esta jornada con amor en su corazón. Con una bienvenida en los labios, y un sombrero dominguero sobre sus cabezas.

¡Dios los bendiga!

Los amo.

Amén.












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